Y así, sin darme cuenta, llevo seis meses en esta ciudad. Estas son algunas historias, consejos y avisos que quiero compartir
Pues sí, literalmente el tiempo pasa volando. Escribo esto a las cuatro y media de la tarde, noche cerrada y lloviendo. Bueno, ni es tan cerrada ni llueve tanto. O al menos, no lo hace horizontalmente.
Llegamos un 30 de Junio, pero no fue hasta el 28 de Julio cuando tuve la sensación de venir a Londres. Las semanas anteriores se dedicaron a buscar piso, preparar la mudanza en Madrid, recibirla en Londres y dejar la casa vacía para devolvérsela a los caseros.
La última noche en Madrid la pasamos después de ver a Muse en el Wanda el 26 de Julio. Curiosamente cogimos las entradas con tanta antelación que, cuando cerramos el acuerdo para venir, tuvimos que adaptar las vacaciones. Un mes después, repetimos concierto en el O2. Impresionante.
El 28, ya sin hogar en Madrid, llegó el momento de mirar a largo plazo. Si bien hicimos muy buen trabajo para encontrar casa, yo me lo monté peor en lo profesional. Y os voy a contar por qué.
Los errores que cometí
El mayor error fue mi absoluta falta de humildad y respeto por un nuevo mercado. Estaba convencido de que en el extraño caso de no encontrar proyecto a tiempo parcial, al mes de echar curriculums se pelearían por mí. Sí, lo sé, yo también conozco la teoría y sé que se tarda más tiempo. Pero eso es algo que se dice por pura aceptación social. Yo, en el fondo, confiaba que a las pocas semanas se darían de tortas por mí.
No hice bien los deberes, así que os enumero las preguntas que fallé en el examen.
- Me vine con mi curriculum español (ojo, no en español). Estaba perfectamente traducido pero no adaptado. ¡Lo que debieron pensar de mi cuando lo leyeron los primeros headhunters!
- Envié ofertas a todo lo que se movía. En vez de tener cierto criterio, me puse como un adolescente que acaba de estrenar Tinder. ¡Cómo no me iban a rechazar en un puesto en el que apenas cumplo el 60% de los requisitos! Tanto rechazo te afecta al ánimo por muy fuerte que seas.
- No personalicé lo necesario. Cuando optas a un puesto de CTO, director técnico o jefe de ingenieros, necesitas saber con quién hablas. Qué empresa es, qué gente la compone o qué plan tienen este año. Te curras una carta de presentación y potencias tu curriculum. Hacer esto bien tiene que llevarte días, no horas.
- No cuidé bien lo que dejaba en España. Ojo, no dejé a mis clientes desatendidos, ni mucho menos. Pero enseguida quise pasar página y centrarme en UK. Ahora veo que la mejor opción hubiera sido presentarme desde el principio como nexo de unión entre España y Londres.
- Estaba a demasiadas cosas. Esto es más problema mío que nada. No se puede currar a tiempo parcial para una empresa, echar curriculums, vender tu negocio, escribir el blog, asistir a eventos y hacer tus propias apps mientras te adaptas a una ciudad en la que no conoces a nadie. Al final no haces nada ni medio regular.
las cosas que hice bien
No todo va ser flagelarse, es absolutamente normal llegar a un sitio nuevo y tardar en adaptarse. Mi perfil es extremadamente complicado y me va a costar venderme aquí al mismo precio que en España. Antes tengo que demostrar lo que valgo. Pero aquí, no en Madrid 2018.
Cuando cambió el año volví con otro espíritu. Hice balance de lo que había hecho y puse en valor los éxitos y decisiones valientes que tomé. Os lo cuento.
- Me volqué en crear una red profesional. En estos 6 meses he asistido a 18 eventos de networking o similar. Prácticamente de todos he sacado un contacto interesante. De hecho, he sacado buenos amigos. Es posible que muy pocos lleven a un negocio como tal, pero abre puertas a oportunidades en el futuro.
- He cumplido con los plazos que me puse. Esto es vital, no puedes hacer algo sin límite, eso genera una ansiedad del demonio. Si en septiembre no encuentro proyecto, busco curro. Si en diciembre no encuentro curro, sigo con lo de España. Por el momento, he cumplido y sobrevivido.
- He aceptado toda la ayuda que me ha llegado. Familia, amigos, contactos o servicios profesionales en modo trial y pagando. He utilizado todos los recursos que han pasado por delante, sirvieran o no. Me gustaría nombrarlos y agradecérselo a todos, pero han sido muchos. ¡Por suerte!
- Me he centrado. Ahora mismo mi objetivo es que mi cliente en España funcione bien. Después, vender mi marca aquí. Estoy bajando el ritmo de networking y subiendo el de cafés o cañas de tú a tú. Estoy organizando mis propios eventos e involucrándome en la comunidad de emprendedores. Mi objetivo es que mi nombre empiece a sonar en Londres. Se acabó buscar curro por unos meses.
- Me he quitado complejos con el idioma. No es que me cueste hablarlo o escribirlo, simplemente no lo hago como en España. Eso si, no me he encontrado a ni una sola persona que me diga que me falta nivel. Así que calma y sin vergüenza, al final nos entenderemos.
- He tirado de paciencia. Esto es lo más importante, se tarda tiempo en hacer las cosas y apresurarse solo lleva a cagarla. Y a lo grande además. Todavía abarco mucho, pero confío en que como todo, la mitad de las cosas que planeo hacer se caigan. Entonces podré vivir más tranquilo. ¡Espero!
Aviso para navegantes
Hoy, mientras iba en el metro a tomar uno de esos cafés, meditaba sobre cómo Londres resulta tan peculiar. Yo no noto que esté en Reino Unido, yo noto que estoy en la capital del mundo. En una babel de culturas, ambiciones y necesidades. El ritmo aquí viene impuesto por una población que parece estar de paso y que quiere vivir sus mejores años.
No es que Londres sea la mejor ciudad del mundo. El tiempo, la comida, el transporte, los precios o la frialdad de la gente te echan para atrás. Es una ciudad dura como ella sola. Pero tiene algo que si te atrae, te atrapa.
Si alguien piensa venir, incluso en estos tiempos que corren, mi consejo es que se meta en la ciudad incluso antes de llegar. Que participe en grupos de Meetup, que envíe ofertas de empleo, que se informe de restaurantes, actividades y paseos… pero que venga sabiendo cómo responde la ciudad a sus necesidades.
Lo más duro para mí ha sido encontrarme sin un ancla más allá de mi vida personal. Si es posible, es muy recomendable venir teniendo trabajo, un curso de ingles o lo que sea. No buscarlo aquí. Si no, lo inmisericorde de esta megalopolis te devora.
Mi mayor orgullo hasta el momento ha sido tener la energía de presentarme en estos 18 eventos. Hacerlo sin ninguna gana, poner mi mejor sonrisa y estrechar la mano a la primera persona que veía. Gracias a eso y al tiempo, cada vez veo más oportunidades en el horizonte.
En conclusión
El día que firme mi primer cliente, a parte de celebrarlo como un vikingo, tendré la satisfacción de haber conseguido algo así por mis propios medios. Vine a Londres con cero contactos, y a base de esfuerzo me he creado una red que sinceramente, tiene muy buena pinta.
Y algo curioso. Cuando he vuelto a Madrid, tengo ganas de contar a mis amigos cómo me he sentido y lo que he sufrido. Pero me he dado cuenta de que ellos tenían las mismas ganas o más que yo de contarme o suyo. En general, he dedicado más tiempo a escuchar los problemas que a contarlos, y eso me gusta. Me gusta sentir que cuando me voy, algo de hueco se queda. Qué le voy a hacer, soy vanidoso, visto de Emidio Tucci.
Estoy harto de recomendar sitios para comer, seguro que no ha ido nadie a ninguno de los que he puesto. Así que he decidido cambiar mi despedida de blog y dejar un último párrafo Chanante.
¡Si no os ha gustado al menos que sea por una razón de peso!
El satanio
El satanio es un elemento de la tabla periódica, concretamente un gas innoble y malvado, que se ubica principalmente en el octavo círculo del infierno. Es respirado por pecadores y demonios y tiene el efecto de poner de los nervios a unos y otros y hacer que todos vayan atacados por el averno.
En cierta ocasión, el cristo de los faroles y el cristo de la bocachancla se batieron en duelo para decidir cuál de los dos debía ser patrón de los Bocatas de Lomo. Los terribles golpes que se sacudieron resquebrajaron el tejido cielo-infierno y pequeñas cantidades de Satanio se filtraron a la superficie terrestre. Es evidente que el Satanio está presente en la atmósfera de Londres. Por esa razón la gente va de un lado a otro sin mirar a la cara a nadie, no sea que se lleven un guantazo.