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De Canary Wharf a Surrey

De Canary Wharf a Surrey, rodeando los antiguos Surrey Commercial Docks

Estaba yo con el señor Mapache intentando imitar el sonido de una excavadora en una gran piscina de Chococrispies, cuando me vi en la necesidad de saber de dónde había salido toda esta historia de los Estados Unidos.

—¡No te preocupes, zagal! —dijo el señor Mapache, guardando las chanclas debajo de la capa de Luis Candelas.

Así que abrimos el bote mágico de Nocilla mágica y, de golpe, nos encontramos en Canary Wharf, en concreto en el muelle del lado este del río.

—Mira, majo —dijo el señor Mapache—, vamos a dar un pirulo hasta Rotherhithe y, mientras, te cuento la historia del barrio.


—Sí, sí, bien, señor Mapache.

El recorrido

(Por alguna razón Google no quiere pasear cerca del rio, pero no hay que hacerle caso!)

El paseo comienza al otro lado del río, en el terminal del Docklands Ferry to Hilton. Desde ahí cogemos el ferry que nos lleva al Hilton, que está al otro lado. Si estás alojado en el hotel, es gratis, pero si no, tienes que pagar, y la mejor opción es usar contactless.

Una vez que cruzas, sal de la recepción del hotel (palante) y baja por la rampa que está un poco a tu izquierda (sí, es para coches, pero es lo que hay). Antes de bajar, puedes curiosear a mano derecha, donde están los restos del Old Dock Columbia Wharf. Como curiosidad, Columbia Wharf, construido en el siglo XIX,  fue el primer almacén de ladrillo diseñado específicamente para proteger productos comestibles de la humedad a mansalva. Muchos siguieron su ejemplo después.

En la calle, gira a mano derecha y sube por Rotherhithe Street. Ahí verás unas puertas con pinta de viejunas. Métete ahí y sube la rampa. Verás que hay unas vistas muy chulas.

Sigue hacia la izquierda, como si fueras al centro y alejándote de Canary Wharf (que está muy bonito desde ahí). Este paseo es bastante tranquilo, pero verás casas muy curiosas durante los primeros 15 minutillos caminata en el mismo lado del río, y construcciones muy curiosas al otro lado, en Wapping.

Como tampoco hay nada especialmente significativo, te voy a contar la historia del barrio, en especial de los Surrey Commercial Docks.

Allá por finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, empezaron a construirse los primeros diques y masas de agua artificiales. El precursor fue Howland Great Wet Dock (más tarde llamado Greenland Dock), que se utilizaba principalmente para la reparación de barcos.Más adelante, a principios del siglo XIX, viendo el éxito del West India Quay (al ladito, en lo que ahora es Canary Wharf), se expandieron los muelles hasta crear los Surrey Commercial Docks, que se especializaron en el comercio de madera. Al igual que pasaba con los mercados, los muelles solían estar orientados a industrias específicas. Aquí hay una foto donde se puede ver cómo eran los docks antes y durante la guerra.

(La cola del avión tapa la Plaza de Toros, que por lo que he oído era una joya postmodernista)

Pues eso, tira palante hasta que se te acabe el paseo. Llegarás a uno de los pocos edificios originales que quedan de la época y que ahora son viviendas: Globe Wharf. Puedes seguir por Rotherhithe Street, pero yo te recomiendo que inmediatamente vuelvas al río. Los edificios aquí son menos llamativos, pero sigue siendo un paseo chulo.

Siguiendo por ese lado, a los cinco minutillos te encontrarás con una de las antiguas entradas fluviales hacia los docks. Ese entrante ahora alimenta a una de las pocas masas de agua que quedan como reminiscencia: Surrey Water. Es poco más que un laguito, pero el puente levadizo que cruza el canal es una joya victoriana. Tiene un contrapeso que se llenaba de agua (con bombas alimentadas por vapor) y así era sencillo levantar el puente para dejar pasar a las embarcaciones más altas.

Sé que te habrás fijado en el pub que hay justo antes de llegar al puente. Sí, es como gracioso y parece viejuno. No lo es. Es una réplica, como lo es el famoso Dickens Inn. No está mal, pero es un Greene King. Vamos, que está correcto, pero hay por la zona pubs familiares con más historia. De todas formas, no seré yo quien te impida tomarte algo ahí, que la terraza es curiosa, no es caro y está bueno. Pero yo esperaría unos minutillos, que hay uno de mis pubs favoritos a la vuelta de la esquina.

Por cierto, verás que a mano izquierda, según cruzas el puente, hay una estructura cilíndrica. Es un depósito de gas que tiene unos cuantos añitos. Los más viejunos os acordaréis del famoso “Gas Ciudad”. Esto es algo parecido. Es un gas que se obtiene de la cocción (que no quema) del carbón. El proceso es un poco más complejo, pero el resultado es que esa estructura cubría unos “sacos” telescópicos enormes que se iban desplegando según se generaba gas. Más info aquí.

Total, vuelve de nuevo al paseo del río. En esta parte, las casitas son un poco más cutronas, pero el otro lado del río tiene cosas mu majas. Avanza un poco más hasta que se acabe el paseo en un pequeño parque, y justo te encontrarás el mojón de hoy: una estatua que conmemora el lugar aproximado de donde partió el Mayflower , el barco que llevó a los peregrinos a Nueva Inglaterra, donde se formó el primer asentamiento que daría poco a poco forma a los actuales Estados Unidos. En mi opinión, como que el hecho merece un lugar con un poco más de atención, pero bueno.

—Gracias, señor Mapache, es todo lo que quería saber de Estados Unidos. ¿Vamos a zampar?

—Claro, salao, vente conmigo.

Sigue avanzando por la calle y verás que hay unas construcciones que, como mínimo, son pintorescas, incluyendo corralas de la época.

Enseguida, a mano izquierda, se encuentra el Brunel Museum, y no sé cómo recomendar más este sitio. La historia del túnel de Brunel es tan curiosa como accidentada, pero fue el primero del mundo en cruzar un río. Sigue en uso, ya que lo cruza el Overground. En el museo se pueden visitar los antiguos túneles de acceso, que molan mucho. Si se quiere ver gratis, basta con coger el Overground y bajarse en Wapping, que está construido sobre el túnel de salida (porque era un túnel peatonal, de hecho, una atracción turística de la época). Sale más barato y no se entiende cómo aún no es un monumento nacional. Eso si, es grado II.

Total, como ya se acerca la hora de una cerveza (o de comer, merendar o cenar), recomiendo encarecidamente parar en el Mayflower. Es un pub que tiene más años que el mismo río y cuenta con una terraza muy chula. La comida está bastante buena y la selección de cervezas es aceptable. Es de esos pubs en los que si se te cae una pelota al suelo, se va al otro lado de la sala por el desnivel que tiene.

Y lo vamos a dejar aquí, muchacho. Si se ha quedado corto, siempre se puede avanzar un poquillo y dar un paseo por Southwark Park, que está bastante majete. De ahí se puede avanzar un poco más hasta Greenland Dock y volver a subir por el río hasta el Hilton, o bien coger el metro en Surrey Quays, Canada Water, Rotherhithe o Bermondsey, dependiendo de dónde se termine.

También se puede seguir el río hasta Butler’s Wharf, donde tengo otro paseo muy chulo. El único “pero” es que no es especialmente bonito, ya que al final hay que dejar el río de lado y pasar por un par de calles insulsas.

—Gracias, señor Mapache, creo que me voy a quedar aquí invocando al señor del Octavo Círculo para que convierta la lluvia en sangre.

—Claro que sí, muchacho, claro que sí.

Y llegó Espinete en un Vespino, nos invitó a un Popeye de Naranja y nos fuimos.

Te recomiendo:

Para bebel y comel:

Otras cosas que hacer:

  • Museo de Brunel: De hecho, el museo justifica el paseo en si. Vamos, que si no vas a ir al museo casi que hay otros opciones para patearte Londres
  • Estación de metro de Wapping: A mi me flipa la estación. Una opción es acabar el paseo cruzando el rio en el Overground saliendo por Wapping. Pero subid por las escaleras que si no, no tiene gracia.

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