Rufino Busca su camino
Este blog recoge algunas de mis reflexiones sobre la vida del emprendedor y de las gente y las aventuras que te vas encontrando por el camino.
Aviso a navegantes, está redactado en un tono a mitad de camino entre La hora Chanante y los Monty Python. No es para todo el mundo, ni pretende serlo, pero hay cosas en la vida que uno tiene que hacer porque le gustan.
Y escribir estas cosas, es lo que me gusta. A disfrutar.
Estaba yo con Rufino contemplando la sombra de una silla cuando escuchamos un trueno y el candelabro dijo: — ¡Jopé que susto! Rufino cogió el yogur matadioses y me dijo: — Es la hora muchacho, a ri ri ri ri ri. Y sin darme cuenta nos encontramos en el cuarto de baño de Don Juan… Leer más »Epístola 10, sobre ir haciéndose mayor
Estaba yo con Rufino en un concierto de Masiel y Paolo Vasile cuando nos entraron ganas de orinar. Tras subirlo a Twitter, nos abrimos paso hacia el baño entre una horda de punkis manchegos. Y, así de sorpresamiento, aparecimos en casa de Evariste Galois —Ay Rufino, menos mal que estás aquí, no puedo más, no… Leer más »Epístola 9, sobre Rufino, las fuerzas y el aguante
Estábamos Rufino y yo probándonos un disfraz de disfraz, cuando se me apareció en la cabeza la imagen de una foca con un parche en el ojo. — ¡Rufino! —dije yo— hoy es el cumple de mi ahijado. — ¡Santo cielo! Rufino cogió el palo de pegar y golpeó tres veces la olla donde estábamos… Leer más »Epístola 8, sobre Rufino y la documentación
Estaba yo un día jugando al pilla pilla extremo con Rufino cuando este me dice: — Oye, ¿te gustan los semáforos? — De naranja o de limón. — ¿Cómo? En ese momento un enorme albatros en pijama salió de la puerta trasera de un colmado y nos dijo en correcto castellano: — ¡Pasen, pasen! Así… Leer más »Epístola 7, sobre Rufino, los iluminados y los cantamañanas
Me encontraba apaleando el cuadro de una foca con un saxofón oxidado cuando llegó Rufino y me propuso ir a contar las farolas de la calle Alcalá — Claro que si Rufi, voy a por las maracas. Abrimos la despensa y aparecimos en la típica cabina inglesa del Londres de la posguerra, en la que… Leer más »Epístola 6, Sobre Rufino y sus clientes
Estaba yo con rufino convocando al señor de las tinieblas cuando se me ocurrió que tenía frío en las rodillas — Eh Rufino, me acompañas a la perrera — Claro salao Entramos en el batmovil y mientras le explicaba a Rufino las reglas del veo veo, una figura enjuta abrió la puerta del coche descubriéndose… Leer más »Epístola 5 – Sobre Rufino y los cuartos
Estaba yo con Rufino en el parque de Santa Justa afilando nuestros patines de hielo cuando una gran nave extraterrestre apareció de la nada y se posó sobre la Giralda. Una gran pantalla se proyectó sobre nosotros con la cara de un señor enjuto, con bigote de dos colores y piel de sapo granulado. —Terrestres,… Leer más »Epístola 4 – Sobre Rufino y los socios
Estaba el otro día podando bonsais con Rufino cuando sentí el antojo de comerme unas nécoras. —Eh Rufi, ¿te gusta el centollo? —¿Playmobil? —¿Quien? —¡No! —¡Pues vámonos! Salimos por la puerta y nos encontramos en el salón de Clerk Maxwell, que justo estaba intentando montar un fuerte de playmobil con una tostadora de carbón y… Leer más »Epístola 3 – Sobre Rufino y la soledad
—Rufino, me apetece un Fanta —¿De naranja o de limón? —¡De naranja, por supuesto! —Sígueme, conozco el sitio donde te ponen el mejor Fanta de la ciudad. Nos pusimos los birretes y usando esta vez el Quiminova nos trasladamos al año 1696 donde casualmente se encontraba Sir Isaac Newton quitándole las plumas a un pollo. … Leer más »Epístola 2 – Sobre Rufino y la apatía
El otro día quedé a tomar unos torreznos con mi amigo Rufino, que es un tío estupendo, y que además es un emprendedor nato. Así pues, nos trasladamos al año 1892 usando el quimicefa y nos pasamos a saludar al bueno de Nikola Tesla. Y de paso, pedirle unas mirindas para acompañar los torreznos. Tesla… Leer más »Epístola 1 – Sobre Rufino y sus ideas